Después de mucho tiempo, vengo con un nuevo artículo. Y es que las situaciones personales, y profesionales, me han tenido lejos de escribir acerca del Valencia. Eso, y que el equipo no ayuda. No incentiva a hablar si no es para criticar la gestión de Peter Lim.

Bueno, no me enrollo. Lo que quería hablar hoy es de un ranking de los mejores estadios de fútbol del mundo, donde Mestalla está en posición número 20. El ranking es de la prestigiosa revista digital Fútbol Moderno.

Podremos estar más o menos de acuerdo, pero lo que está claro es que el ranking ha seguido una serie de criterios que son:

  1. Tamaño: 20%.
  2. Épica y atmósfera: 30%.
  3. Eventos deportivos: 30%.
  4. Diseño: 20%.
Lo que si me permito añadir, es que menos mal que ahora no se puede entrar a los estadios, ya que con la situación actual del equipo, no estaríamos en esa lista. Menuda apatía y desgana.

El caso es que el número es Anfield, el estadio del Liverpool. Con lo que estoy totalmente de acuerdo.

¿Cómo lo veis?

Mestalla, entre los mejores estadios del mundo



Hay una tormenta en el mar. La observas desde la orilla, indomable, admirando la bella orquesta que refulge ante tu mirada. Rayos, ecos de truenos y agua, mucha agua, en horizontal y en vertical. De golpe, una brisa te llama, te dice suavemente al oído que no, que allí no estás a salvo; que con los pies en la arena no vas a ninguna parte, que tu lugar está en medio de aquella tormenta. Sientes el impulso natural de coger una pequeña barca y ponerte a remar en dirección al ojo del huracán. Y allí que vas.

Lo siguiente que recuerdas es despertarte sobre la arena mojada y con las olas rozándote las piernas cadentemente. Te levantas, sacudes la arena de la ropa húmeda y vuelves a mirar hacia el mar. La tormenta aún continúa, y vuelves a sentir el mismo impulso de ir hacia ella. El Valencia y los valencianistas también nos hemos visto arrastrados por la marea. Mejor dicho, por las mareas. Y es que la actitud de la afición con el equipo en los partidos que se juegan de local, más allá de justificarse o no, tiene múltiples factores que la provocan. No, pitar no es la mejor manera de levantar un equipo que está abajo, pero tampoco se puede pretender aplaudir cualquier cosa y en cualquier momento, pues el aficionado también siente dolor cuando su equipo hace el ridículo. ¿Demasiado pronto para los pitos? Sólo el tiempo dirá si fue demasiado pronto o demasiado tarde, lo único evidente aquí es que el vínculo afición-equipo se ha roto, y que ninguna de las dos partes está haciendo realmente nada por volver a encontrar un consenso. Por parte del entrenador-equipo no hay reacción. No se puede decir que Nuno haya hecho nada por «convertir los pitos en aplausos», tal como decía hace unas ruedas de prensa atrás. Es más, desde que la afición le pita, su filia por los experimentos en convocatorias y alineaciones ha aumentado. Es como si en lugar de pensar “debo convencer a esta afición de que soy un buen entrenador”, pensase “que les den a estos idiotas, ahora haré lo que me salga de la punta del n…”. Eso, quiera o no, aumenta los pitos hacia su persona. Y si a eso le unimos su característica falta de autocrítica, el luso tiene todo para ser pitado. La arrogancia nunca fue bien vista por Mestalla. En el ámbito del juego, el Valencia deja una imagen paupérrima.

No se ve nada claro sobre el verde. Antes, al menos, defendíamos bien; ahora ni eso. Pero, aún con todo, eso no es lo que más molesta al aficionado; lo que más molesta es que, además de dejar una mala imagen, los jugadores no se desgañiten en el campo corriendo y peleando cada pelota. No, encima de jugar mal, jugamos a medio gas. Caldo de cultivo perfecto para una pitada. Lo más triste de esto es que el equipo lleva así casi desde el final de temporada pasada, aunque algunos no lo quieran ver — y eso si no le sumamos la otra racha que se tuvo por octubre pasado donde el equipo no levantó cabeza casi hasta diciembre —.



Por otro lado, parte de la afición también tiene algo más que el juego en mente cuando pita. Sí, se ha metido mucha mierda radiofónica contra Nuno por la marcha de Salvo y cia, además de por la oscura relación que tiene — tanto él como Lim — con Mendes. Y bien, es cierto que las dos cosas son motivo de sospecha, pero no suficiente (en mi humilde opinión), como para pitarle en el día de la presentación. Lo justo hubiera sido darle un voto de confianza y, al ver que este nuevo modelo no funciona mejor que el otro, pitarle lo más alto que se pueda. Pero no antes, sino después, porque el daño ya estaba hecho, y pitar no iba a servir de nada en ese caso. A esto tenemos que sumarle la política de fichajes, ahora también a cargo del luso. Una política que no ha servido, de facto, para aumentar el nivel del equipo este año, si no solamente para hacer descender la media de edad del mismo. Ah, y para gastar mucha pasta. Más allá de que los jugadores sean de Mendes o no lo sean, sus fichajes apenas han servido para aumentar la competitividad de la plantilla y sus opciones.

Por el contrario, se han fichado jugadores jóvenes (muchos aún verdes, aunque con potencial, eso sí) a un precio elevado y se trata de que rindan desde el primer día como si fueran veteranos. Igual con otro entrenador esta idea hubiera funcionado, pero está claro que con Nuno no, se diga lo que se diga. Es por este caótico contexto de fichajes sin ton ni son por el que la afición también castiga al a la vez míster, director deportivo y espíritu santo. Aunque es cierto que, antes de ver a ningún jugador jugar, ya se le está atizando por su supuesta relación con Mendes. Repito: se pita después, no antes. No sé demasiado bien qué pretenden los que quieren que se deje de pitar. ¿Pretenden que la afición gane los partidos por sí sola ante la incomparecencia del equipo local? ¿O acaso creen que la culpa de que el equipo juegue mal la tiene la afición? La cuestión es buscar excusas para todo. Tampoco sé demasiado bien qué pretenden los que pitan. ¿Quieren que el equipo juegue mejor o les vale sólo con que vuelva Salvo al palco VIP?
Porque si solamente quieren que el equipo empiece a jugar bien, los pitos llegan unos meses tarde. ¿Dejarían de pitar si se fichara a Verratti o a Reus, o por el contrario pretenden que haya una política de fichajes coherente aunque sin nombres demasiado relevantes (véase Mustafi)? Lo único que sé con certeza es que el equipo está realmente mal, tanto en juego como en actitud, y que muchas de las decisiones que se han tomado desde la directiva (auspiciadas por Nuno) no han sido acertadas para revertir nada de lo que está pasando.

Es más, sólo han servido para empeorarlo todo. Y también sé que, pitando a tu equipo desde el minuto 1, no se gana nada. Los pitos de la afición han perdido fuerza persuasiva porque ya se ha pitado demasiadas veces; pero también han ganado en razón porque el equipo está en horas bajas y no reacciona para cambiar el rumbo. ¿Qué fem, pitem o mos anem? En eso que unos quieren pitar y otros no, en eso que el equipo sigue dejando una imagen lamentable y nada parece cambiar, la marea arrastra un cuerpo hasta la orilla del mar. Es el cuerpo de nuestro club, el Valencia. Inerte, pálido, es el único que está sufriendo nuestro grotesco espectáculo.

Ni se queja ni rechista, tan sólo agoniza poco a poco golpeado por la tormenta que nosotros mismos hemos desatado. Tranquilidad y buena letra para evitar matarnos a nosotros mismos. Pero nunca hay que callarse nada, sino también nos estaremos enterrando vivos. El secreto está en la justa medida.

Post by Ramis Moyano

Arrastrado por la marea del pasado



¿Hay alguien que conozca al brillante atacante de las categorías inferiores del Valencia Club de Fútbol? 

Por si aun queda algún despistado, os dejamos un vídeo (cortesía de Diario de Mestalla) con sus mejores momentos:

 

SITO | Jugador del Valencia CF

Reflexión acerca del puesto de entrenador del Valencia Club de Fútbol



No hay que ser premio Nobel para darse cuenta que cualquier persona puede ser entrenador de fútbol del VCF, cualquier persona con enchufe. Quizás se pueda aplicar a casi cualquier ámbito de la vida, pero estamos hablando de lo que nos afecta, lo que nos concierne e incluso cambia nuestros estados de ánimo, el Valencia.

Hoy en día basta con ser sobrino tercero de Jorge Mendes, independientemente de que tu profesión sea la de médico de cabecera o albañil, para ser entrenador del primer equipo del Valencia. Es el único requisito, ser familiar, amigo, conocido de Mendes o del todopoderoso Peter Lim.

¿Qué ocurre? Pues es muy simple, no hay más que ver la clasificación y resultados a lo largo de la temporada 2015-2016 del Valencia, sin contar las humillaciones, eliminaciones y verguenza ajena la gran mayoría de los partidos de Liga.

Lo único que podemos hacer los valencianistas es resignarnos y pitar, por mucho que salgamos a las calles a protestar tened en cuenta que el que manda no se entera de nada. Está a millones de KM de distancia en su mansión o uno de sus hoteles de lujo, contando lo millones de Otamendi y los que van a venir por André Gomes, y poco más.

Es la triste realidad del puesto de entrenador de fútbol, es la realidad del Valencia.

Cualquiera puede entrenar al VCF


El Valencia CF ha hecho historia eliminando al Rapid de Viena en los Dieciseisavos de la Europa League. Un parcial que asusta y del que apenas hay precedentes, de hecho es la primera vez que pasa en la historia de la nueva Europa League (antigua UEFA).

Aquí un vídeo de los 10 goles marcados y de alguna que otra jugada extra. Un documento histórico:

Valencia 10 Rapid de Viena 0



Fran Villalba es uno de los talentos del futbo español, una de las maravillas de España en fútbol. Es un joven jugador nacido en Valencia y criado en la cantera del Valencia CF, donde actualmente juega.

Su posición es la de media punta, pero también juega en bandas con liberta de movimientos, e incluso como 8. Es internacional por todas las categorías inferiores de la selección española y también de la selección valenciana y los expertos en fútbol le auguran un futuro brillante si cuida su cabeza.

Fran Villalba Videos



El Valencia CF tiene otra perla más en la cantera, esperemos que la cuiden mejor que Isco y compañía. Hablamos de Kangin Lee, un surcoreano de 13 años el cual vino a Paterna hace algo más de 10 años y los responsables no dudaron ni un segundo en buscarle sitio a el y a sus padres.

A día de hoy es una de las promesas del Valencia CF Alevin A, junto con Soler y otros chavales que rondan entre los 10 y 12 años de edad.

Hay bastantes vídeos en Internet del chaval, que a su corta edad ya causa furor en Corea del Sur.

Kangin Lee el surcoreano del Valencia